SENTIMIENTO DE UN NENE GORDO


    Barríamos las olas del verano

    una tras otra cerca de la orilla

    para que no nos ahogáramos 

    o para no hace enojar a tu mamá

    tomando sol en la playa

    un verano que todavía

    reverbera en mi recuerdo

    ¿Te acordás, primo, esa tarde

    que encontramos dos palos

    tirados en el bosque

    y golpeamos aquel árbol

    hasta pelar la corteza

    y se quedó desnudo a la intemperie?

    Corrimos porque nos asustó

    una camioneta de la policía

    que pasaba a lo lejos.

    A la mañana de aquel mismo día

    saliste del mar

    yo miré tu cuerpo, esbelto.

    Ese verano me sentí prisionero

    de mi propia biología.


    Edita Patronus

    Hijo único - Alejandro Lastra

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    SENTIMIENTO DE UN NENE GORDO


    Barríamos las olas del verano

    una tras otra cerca de la orilla

    para que no nos ahogáramos 

    o para no hace enojar a tu mamá

    tomando sol en la playa

    un verano que todavía

    reverbera en mi recuerdo

    ¿Te acordás, primo, esa tarde

    que encontramos dos palos

    tirados en el bosque

    y golpeamos aquel árbol

    hasta pelar la corteza

    y se quedó desnudo a la intemperie?

    Corrimos porque nos asustó

    una camioneta de la policía

    que pasaba a lo lejos.

    A la mañana de aquel mismo día

    saliste del mar

    yo miré tu cuerpo, esbelto.

    Ese verano me sentí prisionero

    de mi propia biología.


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