88 Pág.
VER ATARDECER EN EL HOSPICIO
Ver atardecer en el hospicio
no es lo mismo
que ver atardecer sobre los pinos,
o que ver caer la tarde sobre el río.
Ver atardecer en el hospicio
te entristece hasta los huesos,
se vienen en tropel los recuerdos más amargos,
te vienen ganas de ver rostros queridos...
Ver atardecer en el hospicio
es una porquería, simplifiquemos.
Esto de que la muerte de la tarde
es una mala hora para depresivos,
es más viejo que el mundo,
está científicamente comprobado,
es sabido. Sin embargo,
el cielo, a veces, muestra unos rojos,
unos tornasoles, unos amarillos...
que te hace olvidar
que estás en el hospicio.
Edita Milena Caserola
88 Pág.
VER ATARDECER EN EL HOSPICIO
Ver atardecer en el hospicio
no es lo mismo
que ver atardecer sobre los pinos,
o que ver caer la tarde sobre el río.
Ver atardecer en el hospicio
te entristece hasta los huesos,
se vienen en tropel los recuerdos más amargos,
te vienen ganas de ver rostros queridos...
Ver atardecer en el hospicio
es una porquería, simplifiquemos.
Esto de que la muerte de la tarde
es una mala hora para depresivos,
es más viejo que el mundo,
está científicamente comprobado,
es sabido. Sin embargo,
el cielo, a veces, muestra unos rojos,
unos tornasoles, unos amarillos...
que te hace olvidar
que estás en el hospicio.
Edita Milena Caserola