96 Pág.
XIV
Yo,
QUE TODAVÍA puedo hablar,
le daría mi boca entera
a la única palabra
que no te nombre.
El silencio es
los que no están.
La soledad es
el pan amargo
que se sirve en mesas vacías.
Hoy
la muerte
se acordó
de esta casa.
Edita Nulú Bonsai
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XIV
Yo,
QUE TODAVÍA puedo hablar,
le daría mi boca entera
a la única palabra
que no te nombre.
El silencio es
los que no están.
La soledad es
el pan amargo
que se sirve en mesas vacías.
Hoy
la muerte
se acordó
de esta casa.
Edita Nulú Bonsai