Cuerpo
Hablábamos de los sauces y sus hojas diminutas
Aquellos que nunca tuviste, mas que en el recuerdo
del contacto de una hojarasca de infancia.
Solias decir que no entendía nada,
mientras contaba azulejos
zigzagueantes
en la habitación del hospital.
Mis números, exactos,
como la materia de los sueños
con los que viajaba de noche.
Para seguir queriéndote, pese a todo,
para seguir cerca
de tus manos.
Al fin, mi alimento en aquellos años
consistía en aprender alguna palabra nueva,
igual de zigzagueante
como todo lo que aún no tenía explicación.
Los cactus, el plástico, las fotos, la espera, los
unguentos mercantiles que hacían de lo no vivible
un pasatiempo
menor.
Edita editorial mutanta
Cuerpo
Hablábamos de los sauces y sus hojas diminutas
Aquellos que nunca tuviste, mas que en el recuerdo
del contacto de una hojarasca de infancia.
Solias decir que no entendía nada,
mientras contaba azulejos
zigzagueantes
en la habitación del hospital.
Mis números, exactos,
como la materia de los sueños
con los que viajaba de noche.
Para seguir queriéndote, pese a todo,
para seguir cerca
de tus manos.
Al fin, mi alimento en aquellos años
consistía en aprender alguna palabra nueva,
igual de zigzagueante
como todo lo que aún no tenía explicación.
Los cactus, el plástico, las fotos, la espera, los
unguentos mercantiles que hacían de lo no vivible
un pasatiempo
menor.
Edita editorial mutanta